12. LA URGENCIA.


12. LA URGENCIA.

Es normal que el ser humano haga sus necesidades, a una hora indicada, el cuerpo avisa cuando tiene la necesidad, pero en el caso de Minguito no es así, no hay una hora ni un ritual, cuando le dan ganas de ir al baño no hay espera, es ya que tiene que ir, que lío, el cuerpo no le da pre avisos que le permitan prepararse.

En una ocasión íbamos en el vehículo por el Batallón Paraíso en Barranquilla, tipo 10:00 am, y Minguito me dice que le dieron ganas de ir al baño, si, así como le dan a él, de afán, y me formo su tropel para que le buscara un baño porque era de urgencia.

Para esa apoca estaba recién remodelado el almacén vivero de la 75, así que se me dio por llegar hasta allá para que Minguito usara el baño.

Llegamos al vivero, nos bajamos del vehículo en carrera por la urgencia y entramos, preguntamos donde quedaba el baño y nos dirigimos hasta el sitio indicado.

El baño de ese vivero tiene una primera puerta por la que se ingresa a un lobby donde están los lavamanos y ya dentro del lobby tiene dos puertas más: una para el sanitario de las damas que queda en la misma dirección de la entrada principal del baño y la otra puerta para el sanitario de los varones que había que desviarse a la izquierda para llegar a ella.

Minguito llega hasta la puerta principal del baño, este estaba solo, eran las 10:00 am y apenas estaban abriendo el almacén,  por su afán de ingresar para hacer su necesidad se metió sin darse cuenta en la perta que seguía en línea recta que era la del sanitario de las damas, se encerró con seguro, resolvió su urgencia haciendo lo suyo, ahí duro como 10 minutos.

En esos 10 minutos empezó a formarse una fila de mujeres esperando el turno para entrar al sanitario de las damas, ya habían como 5 personas en la fila y  Minguito nada que salía, tenía daño de guayabo, de los marca caballito.

Cuando Minguito abrió la puerta para salir del sanitario también salió un fuerte olor producto de su descarga, las mujeres que estaban en la fila reaccionaron enseguida al percibir el fuerte olor y cuando ven que el que estaba en el baño de las damas era un hombre murmuran más fuerte entre ellas, como criticando el ingreso del hombre al sanitario de las mujeres.

Minguito no entendía que las mujeres criticaban entre ellas que él entro al sanitario equivocado, sino que pensó que las críticas de las mujeres eran por el fuerte olor que salía en su compañía.
Salió caminando del sanitario hacia el lobby, acomodándose el sombrero,  terminando de meterse la camisa entre los pantalones y amarándose la correa, pero observando el gesto que hacían las mujeres y diciendo en voz alta, alterado y con carácter:

“AJA”

“¿Y ESA CARA QUE?”

“¿QUÉ MURMURAN USTEDES AHÍ?”

“NOMEJODA”

“¿O ES QUE USTEDES NO CAGAN?”

Las señoras que hacían parte de la fila además de percibir el detalle que arrastraba Minguito a su paso también quedaron insultadas y regañadas.

Yo, con la pena del caso, me hice el que no lo conocía y apure el paso hacia la salida del almacén conteniendo la risa.

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